Cuento.

INTRODUCCIÓN:

A un grupo de muchachos que están en la cárcel los eligen para trabajar en un hotel,y éste está abandonado y deshabitado,y allí empiezan a suceder cosas extrañas.Allí vive una vieja y dos policías.De siete muchachos/as,dos policías y una mujer vieja solo salen tres.

CUENTO:

Todo empezó en la celda 211 un martes a las 8:00 am,cuando Carolina ( nuestra policía ) y Marcos ( nuestro guardia ) entraron a la celda y nos comunicaron que habíamos sido elegidos para ir a un hotel abandona que se llamaba Hotel Gineceos.

Los elegidos eramos siete: Abigail,Lucia,Monica,Julio,Tomas,Santi y yo(Erik).

Al principio,las chicas se negaron un poco a ir,pero a los polis no les podías decir que no,así que tuvieron que venir.Bajamos todos de la celda y en el patio nos esperaba un autobús para ir al hotel.

Una vez llegamos vimos el hotel,era espantoso,estaba casi derrumbado,y por toda la fachada había muchos excrementos de cuervo,además,estaba apartado de la ciudad.

Bajamos del autobús tal y como nos indicaron los policías,y a la puerta estaba esperándonos Mary,la dueña del hotel,una mujer vieja que daba mucho miedo.

Entramos junto con ella al recibidor, donde había un mostrador con muchos botes llenos de pequeñas ratas impregnadas con un líquido viscoso verde, como si estuvieran diez años en esos botes. También había un sofá roto y con arañazos, con un aspecto viejo y gastado. Allí, Mary, nos explicó donde estaba la cocina, el baño, el comedor...

Luego subimos las escaleras casi derrumbadas por su vejez y en la segunda planta nos enseñó una habitación donde dormirían las chicas, otra donde dormiríamos nosotros, y otra donde dormirían Carolina y Marcos. Seguidamente nos enseñó un baño para las chicas y otro para los chicos.

Hicimos dos grupos para acondicionar el hotel. En el grupo A estábamos Santi, Lucía, Abigail y yo; y en el B estaban Mónica, Tomás y Julio.

El día que llegamos era tarde para ponernos a trabajar,porque llegamos por la tarde pero como nos enseñó el hotel y nos tuvo que explicar unas cosas se nos hizo de noche,entonces nos dijo que podíamos ir a las habitaciones para descansar. A la mañana siguiente teníamos que limpiar la primera planta; al grupo A nos tocó la cocina,comedor y baño de las chicas, y al grupo B les tocó limpiar el recibidor,la escalera y el baño de chicos.Empezamos por el comedor,al principio todo era normal,pero al rato Santi me llamó gritándome y me dijo que fuera donde estaba él,cuando fui vi encima del aparador como si fuese un gusano grande y rojo con tres ojos que estaba intentando cojer a Santi,le pegué un zarpazo y el gusano se fue por un agujero que habia en la pared.Seguidamente nos llamó Lucia que estaba limpiando el baño de las chicas porque en el espejo vio a un payaso que estaba amenazándola para que se fuera de allí,porque decía que esa era su casa y la de su familia,y nosotros nos fuimos.En la cocina estaba Abigail,y fuimos corriendo para ver si iba todo bien o también le había pasado algo;cuando llegamos ya era demasiado tarde,estaba su cuerpo en el suelo y su cabeza dentro del fregadero,no nos lo explicábamos,estaba todo lleno de sangre,la pregunta es,¿qué pasó?...

Nos preguntábamos si el otro grupo estaría bien,pero hasta la noche no nos podíamos ver.

Llegó la noche y les contamos lo que nos había pasado,y lo que le pasó a la pobre Abi y ellos nos dijeron que también les habían pasado cosas muy extrañas,pero sólo en el baño y en las escaleras, Mónica y Julio que estaban limpiando las escaleras,nos dijeron que se movían mucho y que cayeron dos veces de lo que se movían y Tomás que estaba en el baño de los chicos nos contó que se le aparecieron dos bichos con cabeza de serpiente y cuerpo de rana que le decían "juso".

Todo nos parecía muy extraño, y intentamos contárselo a los policías pero estos no nos quisieron escuchar, de modo que nos acostamos con la esperanza de que el siguiente día fuera mejor.

Cuando nos levantamos bajamos a desayunar la comida que trajeron los policías y nos pusimos a trabajar en la segunda planta. Nos dimos cuenta de que en la segunda planta había habitaciones que Mary no nos había enseñado y que estaban cerradas con llave, así que nos dividim0s de nuevo el trabajo. El grupo A teníamos que limpiar la habitación de los policías y el baño de las chicas, y el grupo B el baño de los chicos y la habitación de Mary. Mientras nosotros limpiábamos la habitación de los policías no pasó nada , luego, en el baño, oímos ruidos extraños que venían de fuera. Santi se asomó por la ventana y una mano que salió de la pared le empujó y le tiró al patio. Lucía y yo no quisimos bajar a ver si estaba vivo, me descuidé un momento y Lucía había desaparecido. Empecé a buscar por todo el baño, y cuando abrí la cortina de la bañera allí estaba, tumbada, con un cuchillo metido en el pecho y encima del cuchillo había una nariz de plástico como la del payaso del baño de la primera planta que se le había aparecido en el espejo. Huí a buscar a mis compañeros del grupo B, y a contarles todo lo que había pasado. Cuando llegué a la habitación de Mary, estaban allí los policías pero Julio no estaba, solo estaban Tomás y Mónica, y les pregunté donde estaba Julio, y me dijeron que estaba apoyado en la pared y esta se lo tragó. Les conté todo lo que les había sucedido a Lucía y a Santi y no lo podían creer.

De repente un hombre alto y fuerte, con un aspecto horroroso que llevaba un hacha, tiró la puerta de la habitación de Mary, no sabíamos que hacer, le preguntamos que quien era y que quería de nosotros, él no respondió y mató a Carolina y a Marcos con el hacha. Cuando venía a por nosotros tres entró Mary por la puerta y nos dijo que era su hijo y que nos quería matar porque nosotros éramos su comida. Me acordé de que la pistola que le quité a Carolina la llevaba aun en el bolsillo y le dije a Mónica que cogiera la de Marcos y mientras yo dispararía al hombre y Tomás aguantaría a Mary para que Mónica pudiese coger la pistola de Marcos. Mónica disparó a Mary y los tres nos fuimos corriendo para salir del hotel. Menos mal que nos salvamos, aquello fue terrible. No lo olvidaremos nunca...