diumenge, 15 de gener del 2012

CUENTO

CARRY, LA MUÑECA MALIGNA.

Una tarde de invierno que estaba anocheciendo, Jack y su madre se disponían a llegar pronto a casa. Hacía frío y la nieve estaba empapando las calles.
Aún tenían que parar en la gran juguetería de la ciudad para que Jack fuera premiado por las notas de la primera evaluación. Cuando llegaron a la juguetería se relajaron del frío y pronto entraron en calor.
Jack, muy ilusionado, se acercó a la zona de los camiones, había muchos y no sabía cual elegir, su madre le aconsejó que se comprara otra cosa, ya que tenía muchos camiones. A él no le gustaba la idea pero decidió dar una vuelta por las solitarias estanterías.
De repente, una gran tormenta hizo que se fuera la luz. Jack se asustó y al fondo del pasillo observó algo que le llamó la atención. Era una luz fluorescente que iluminaba las letras de una caja. Se acercó para leerlo con calma y pudo leer: “Carry, la muñeca malvada”. Jack estaba impaciente por la muñeca, y deseaba que pronto regresara la luz, y en ese momento decidió que la muñeca sería suya.
Momentos más tarde, Jack se encontraba en la cola de la juguetería con la caja en brazos. Estaba muy emocionado, la muñeca era curiosa y, además, llevaba un cuchillo de juguete.
Al llegar a casa, el vecino se acercó a saludarle.
- Hola muchacho, ¿de dónde vienes? – dijo el vecino.
- De comprarme el regalo por las notas que he sacado –le contestó Jack.
- Me parece una muñeca horrorosa y fea, deberías devolverla. –dijo el vecino, mirándola con temor.
Jack la colocó en un estante de su habitación porque le gustaba como quedaba. A la mañana siguiente, la madre de Jack le anunció que habían encontrado al vecino asesinado con una gran corte en el cuello. Jack tuvo miedo y se fue corriendo a su habitación. El miedo se le apoderó más cuando vio gotas de sangre por la escalera. Éste las siguió con cuidado y, cada vez, con más miedo porque se dirigían a su habitación. Cuando entró en la misma se encontró a la muñeca llena de sangre y con una sonrisa maligna en la cara. Jack no podía creer lo que le estaba sucediendo y tenía la esperanza de que todo fuera una terrible pesadilla.

DE IVAN Y DE BORJA

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