dimecres, 2 de maig del 2012




Actividad de creación.

Lo recordaré toda mi vida, era un sábado, 26 de Abril por la tarde.
Aquel día estaba esperando la llegada de un chico de Malta que iba a pasar todo el verano de intercambio conmigo y con mi familia. En principio, no me hacía mucha ilusión, porque para mí seria un estorbo, ese verano quería pasarlo con mis amigas, a mi aire.

Pero mi hermana tenía tal empeño en irse de intercambio, que lo pagué yo, claro si ella se va, alguien tiene que venir.

En el primer momento en que lo vi, cambié de opinión, era un chico de 18 años, pelo corto y castaño, con ojos grandes y tiernos, cara dulce y frente baja y lisa, su nariz era grande, pero bonita, su boca muy apetecible y de un rosa encantador, tenía los dientes blanquísimos y perfectamente alineados, pero lo mejor de todo eran sus mejillas, que por la vergüenza  estaban rojizas.

En cuanto a aspecto general, Tom era atlético pero no muy corpulento, ligero, esbelto, muy deportista y maduro, esto último lo empecé a descubrir cuando me hice amiga de él.

Mi misión era enseñarle el pueblo y presentarle a gente de su edad, ya que iba a pasar todo el verano conmigo y con mis amigos, empecé enseñándole mi lugar favorito, unos caminos para pasear preciosos, el aire que se respiraba era nítido y agradable, con un aroma a verano que tanto esperaba con impaciencia.

Tom se sorprendió mucho, ya que en Malta no habían esos parajes.

Al principio mi relación con Tom era muy distante porque era vergonzoso,  y poco abierto.

Tom me empezaba a gustar, pero no se lo quería decir por si me rechazaba, pero el día de mi cumpleaños me dijo que tenía dos regalos muy especiales para mí, esos últimos días el Tom vergonzoso y distante que yo conocía se había convertido en un Tom mas risueño, simpático y aún mas presumido que de costumbre, ese día me dio un collar muy bonito con su nombre y me besó.

De eso ya hace casi un año, lo echo mucho de menos y espero su regreso con mucha ilusión e impaciencia el próximo mes.



1 comentari: