-Miau-me dijo.
Yo estaba demasiado dormida como para oírla , pero ella insistió muchas veces hasta que me despertó.
Abrí los ojos y la vi , encima mía , con su preciosa carita , sus ojos azules , su bigote gris , su collar rosa con una campanita , con su precioso pelo ... En fin , la gata más bonita de este mundo.
Ese sólo era un día más de todos los que venía a despertarme , pero no sólo era eso , todo lo que hacíamos juntas. También subíamos a la terraza para ducharla y una vez duchada , se sentaba en mis piernas y me mojaba toda. Muchos días venía a esperarme a hora de comer a la parada del autobús , cuando volvía del instituto.
Mi madre no le dejaba que se acostara conmigo siempre , pero los fines de semana y cuando hacía frío sí podía hacerlo.
No voy a contar todos los momentos que he pasado con ella , porque no los recuerdo todos , pero lo que sí recuerdo es cómo vino a mi vida.
Era un día de otoño y mi familia y yo nos íbamos de viaje , y mi padre se fue más temprano de casa y mientras nosotras estábamos terminando las maletas. Cuándo volvió a casa llevaba una bola de pelo de color gris y blanca en brazos. Una vez la vi , ya no quería irme al viaje. Pero tenia que irme así que la dejé en casa de mi abuela.
Cuando volví , nos hicimos inseparables.
Ahora tengo catorce años y ya hace siete años que la tengo. Desde ese día somos inseparables y la quiero como a una hermana. Viene todos los días a despertarme y todas las noches a darme las buenas noches , hacemos la siesta juntas.
En resumen , es lo mejor que me ha pasado en la vida.
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